¿Cuántas veces hemos visto en la televisión, revistas, publicidad, en los empaques de productos, etc. el concepto de “Una familia feliz” ilustrado en una sola imagen?, y ¿qué es lo que nos provoca en el fondo?, nos preguntamos, ¿así luce una familia feliz? por más que nos presenten modelos de familias felices pareciera que nos facilitan la forma de encontrar esa “felicidad” en nuestras familias, pero, ¿cómo ser una familia feliz?
La integración de cada uno de los miembros de la familia es un factor importante que hay que tomar en cuenta. Pensemos que, si cada uno supiera el rol que juega dentro de la familia, si su lugar se valorara como “indispensable”, las cosas podrían ser distintas. Pero hay muchos factores que hacen parecer que nuestra familia no es como aquellas en las ilustraciones; abandonamos a nuestros ancianos que aportan sabiduría y experiencia, la cual a veces optamos por no recibir, los consideramos anticuados y que ellos vivieron otra época; los padres no dejan que los abuelos se metan en la educación de los niños porque son ellos los que mandan en su familia, y eso les quita autoridad ante sus hijos. Los niños que a lo largo de su crecimiento pasan por muchas influencias externas, que podrían sacarlos del camino procurado por los padres, los temas complicados como la pubertad y la sexualidad, el tener su primera relación sentimental, el querer hacer lo que los otros compañeritos hacen, etc.
Los padres al tener sus peleas y sus alejamientos, e involucrar a los niños en las mismas. Pero esto nos hace ignorar que la felicidad se construye a través de todas estas complicaciones, al final del camino se verá que la familia ha vivido una gran vida, con sus problemas, pero con las soluciones también, se habrán tomado decisiones, pero que no nos alejaron de los nuestros.
Incluso, vemos esta integración de cada individuo en esas imágenes comerciales, y es común que veamos a cada persona que compone a una “buena” y “feliz” familia; vemos a algún abuelo o ambos, y a los padres y pequeños sonriendo e interactuando. Pero ahora, las familias se enfrentan un gran problema, estamos en una era tecnológica que hace más difícil la convivencia personal entre los padres e hijos; en la mesa, en la sala, y en las habitaciones los “smartphones” nos quitan tiempo valioso de convivencia e interacción con los nuestros, tiempo que podría elevar el bienestar de todos en casa.
Familia de Jardines de San Juan Ajusco. |
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