¿Cuántas veces hemos visto en la televisión, revistas, publicidad, en los empaques de productos, etc. el concepto de “Una familia feliz” ilustrado en una sola imagen?, y ¿qué es lo que nos provoca en el fondo?, nos preguntamos, ¿así luce una familia feliz? por más que nos presenten modelos de familias felices pareciera que nos facilitan la forma de encontrar esa “felicidad” en nuestras familias, pero, ¿cómo ser una familia feliz?
La integración de cada uno de los miembros de la familia es un factor importante que hay que tomar en cuenta. Pensemos que, si cada uno supiera el rol que juega dentro de la familia, si su lugar se valorara como “indispensable”, las cosas podrían ser distintas. Pero hay muchos factores que hacen parecer que nuestra familia no es como aquellas en las ilustraciones; abandonamos a nuestros ancianos que aportan sabiduría y experiencia, la cual a veces optamos por no recibir, los consideramos anticuados y que ellos vivieron otra época; los padres no dejan que los abuelos se metan en la educación de los niños porque son ellos los que mandan en su familia, y eso les quita autoridad ante sus hijos. Los niños que a lo largo de su crecimiento pasan por muchas influencias externas, que podrían sacarlos del camino procurado por los padres, los temas complicados como la pubertad y la sexualidad, el tener su primera relación sentimental, el querer hacer lo que los otros compañeritos hacen, etc.